Uno de los objetivos en de afecto y poder es dar forma a espacios de representación poético-críticos que susciten una reflexión sobre nuestro hacer en el mundo. Es decir, dar forma a un espacio de representación que apele tanto a nuestra experiencia sensible como a nuestra capacidad crítica.



La intención es provocar una experiencia reflexiva que nos sitúe como agentes de producción de sentido y acción en el mundo. Ahora bien, no se trata aquí de reproducir cualquier sentido o acción, sino de plantear la necesidad de producir sentidos que apoyen las luchas contra la desigualdad social.




Dos ejes atraviesan el trabajo: el género y la clase social. La aproximación que hacemos a ellos se realiza a través de un conjunto de retratos que convenimos en llamar retratos encuentro en los que tratamos de dar forma a una construcción distanciada del sujeto representado entrelazando experiencias personales con nuestro imaginario colectivo y con algunas reflexiones teóricas.

Estas representaciones, construcciones o montajes tratan de introducir una reflexión crítica sobre el papel que juegan las ideologías de la dominación, a través de los aparatos ideológicos del estado, en la construcción de sujetos que, cuanto más libres se piensan, más activamente reproducen relaciones de dominación.